La ciclogénesis que ha generado Alex ha sido muy intensa para esta época del año

Borrasca Alex. Imagen de alta resolución, color natural, adquirida por el satélite AQUA (sensor MODIS) de la NASA. 2 de octubre de 2020.

El oeste de Europa ya se halla completamente inmerso en el temporal asociado a la borrasca Alex. Se trata de la primera borrasca de alto impacto en recibir nombre en la recién inaugurada temporada 2020 – 2021.

La gran particularidad de esta borrasca es el proceso por el cual se ha formado: una ciclogénesis explosiva muy intensa que incluso podría ser récord.

Récord en cuanto a ratio de profundización de la depresión (caída de la presión atmosférica en su centro por unidad de tiempo), en función de su latitud y la época del año en que ha tenido lugar.

¿Qué es una ciclogénesis explosiva?

Borrasca Miguel, desarrollando un anillo de nubosidad en torno a su centro (Tropical Like Cyclone). Imagen visible de alta resolución adquirida por el satélite Meteosat – 10, 6 de junio de 2019, 20 UTC. Crédito: NERC Dundee Satellite Receiving Station.

Quizás nos repitamos más que el ajo… Pero si vamos a explicar por qué la borrasca Alex ha podido surgir de una ciclogénesis explosiva récord, es necesario conocer los criterios que permiten clasificar un proceso ciclogenético como explosivo.

Una ciclogénesis explosiva o bombogénesis es un proceso meteorológico por el cual se forma una borrasca muy profunda en un periodo de tiempo relativamente corto.

Es decir, la borrasca que se forma a partir de este proceso sufre una caída de presión, o profundización, muy significativa en un periodo de tiempo relativamente pequeño.

Y la borrasca así formada puede recibir el nombre de bomba meteorológica, como suelen denominarlas fuera de nuestro país, weather bomb. Incluso también se admite el de ciclón bomba o bomb cyclone.

De forma más técnica, existen criterios para evaluar estos procesos, y así poder identificarlos correctamente.

Se trata de valores umbral para poder definir un proceso de ciclogénesis como explosiva: Sanders-Gyakum(1980) las definieron como aquellas en las que la caída de la presión central en superficie en un periodo de 24 horas, es superior a 24 • senα / sen60, siendo α la latitud promedio del centro de la baja durante ese periodo (18 hPa / 24 horas, para 41º), siendo igualmente válidos, múltiplos de este ratio, es decir, la mitad del valor obtenido, para un periodo de 12 horas en vez de 24.

Otro criterio similar es el Carlson (1991), que establece un valor de 12 hPa / 24 horas, para 45º de latitud, siendo estos umbrales referidos a ciclogénesis atlánticas.

Uno de los casos más extremos de ciclogénesis explosiva

Y lo afirma el experto meteorólogo Philippe Papin, de Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos. La borrasca Alex, cuyo centro hizo impacto en la Bretaña francesa durante la pasada madrugada, ha nacido a partir de uno de los casos más extremos de ciclogénesis explosiva que él puede recordar.

En tan solo 24 horas, el germen depresionario sobre la que actuó la ciclogénesis, pasó a convertirse en un ciclón de presión mínima central inferior a los 960 hPa. Sus rachas de viento asociadas se aproximaban en ese momento a las 100 mph (160 km/h), que al final incluso se superaron de forma local.

Una estación meteorológica en Belle-Île-en-Mer, perteneciente a la Bretaña francesa, registró una racha máxima de viento de 186 km/h. Este valor se convierte el récord absoluto de dicho observatorio.

El récord anterior estaba en 162 km/h, medidos el 15 de octubre de 1987 y el 3 de febrero de 1990. También se registraron 157 km/h en Ile de Groix, perteneciente a la misma región, convirtiéndose en nuevo récord mensual para ese observatorio.

Las previsiones se quedaron cortas, como se puede comprobar. La intensa borrasca Alex generó un chorro en aguijón o sting-jet perfectamente discernible en las animaciones satelitales, causantes de rachas máximas de viento muy por encima de los valores extremos esperados.

Esta imagen de VigiMétéoFrance, de Météo France, la Agencia Francesa de Meteorología, permite observar cómo las rachas más intensas de viento se produjeron allí donde estaba el chorro en aguijón o sting-jet. La nubosidad adopta la forma de la cola-aguijón de un escorpión.

Rachas de viento de récord.

Y tal y como se veía venir, a tenor de las animaciones de imágenes satelitales, allí por donde pasó el chorro en aguijón, se registraron rachas récord.

Herramientas de observación

Para que podáis seguir la evolución en tiempo real, os dejamos nuestras herramientas de observación y de predicción meteorológica: