En pleno siglo XXI la ignorancia y la incultura fomentan el absurdo método de las cabañuelas y su nuevo gurú Jorge Rey

Jorge Rey cabañuelas

España, pleno siglo XXI, pero muchos medios de comunicación fomentan la ignorancia y la incultura, dando crédito al absurdo método de las cabañuelas y su nuevo gurú, Jorge Rey.

Pocas personas acudirían a que le diagnosticara una enfermedad, por leve que fuera, un adolescente, sin estudios de medicina. O ninguna empresa aeronáutica encargaría el diseño de un avión a alguien sin conocimientos mínimos de dinámica de fluidos, materiales, mecánica aeronáutica u otras materias, ni creemos que nadie se subiría a un avión pilotado por él.

Pero lo cierto, es que muchos medios de comunicación dan pábulo al pronóstico el tiempo a varios meses vista para todo un país, basándose en levantar piedras, mirar el musgo en un árbol de un lugar en concreto, el paso de una nube por una localidad o el movimiento de una lombriz durante unos cuantos días de agosto.

Y todo porque la casualidad debió llevar a acertar un pronóstico sobre un temporal al que cualquiera puede lanzarse, en enero, sin levantar ninguna piedra.

¿Incultura, ignorancia, desfachatez, falta de educación y ética? Quién sabe cuál es el motivo, pero sí está claro que estas modas informativas hacen mucho daño a la meteorología en particular y a la ciencia en general, siempre tan denostada en nuestro país.

Las cabañuelas, las absurdas cabañuelas

Da pereza aportar razones para explicar por qué es tan absurdo este método predictivo, que se basa en tantas aspectos aleatorios, contradictorios, vagos y sin fundamento científico.

Jorge Rey cabañuelas

Es fácil pronosticar que hará calor en verano y que hará frío en invierno. Que lloverá en primavera y otoño, mientras que las nevadas serán las protagonistas en enero y febrero.

Cualquiera, puede afirmar ya, que en julio de 2034 pasaremos calor y que el tiempo en abril de 2073 será cambiante, con nubes, claros, ratos de sol, chubascos, vuelta al frío, pero con la aparición de los primeros calores a lo largo del mes.

¿Nevará en enero y que hará calor en julio? ¡Qué novedad!

Y por supuesto, arriesgando un poco, se puede pronosticar para enero de 2042 se producirá una nevada en el centro de España en la tercera semana de enero… o que una DANA dejará lluvias fuertes en el Golfo de Valencia durante la primera semana de octubre de 2051.

¿Por qué no usar un método deductivo? Para eso, no hace falta mirar el rastro de una nube el 10 de agosto.

Total, si se yerra, ya lo hacen los pronósticos, pero si llega el acierto, resulta que hemos hallado a un visionario que solo por ello merecería un Premio Nobel de Física.

Que alguien pretenda afirmar que, mirando el tiempo en un pueblo de Albacete, un día de agosto, sea capaz de prever el que hará durante todo el año en el resto de España, solo se puede calificar de ignorante.

La Edad de Piedra o con suerte, la Edad Media

Si a ello le añadimos varias pizcas más absurdas, como que en ese pronóstico estamos añadiendo el movimiento errático de algún insecto, ave o mamífero, podemos empezar a pensar en otro tipo de problema o que hemos vuelto al Neolítico.

Pero no, en el Neolítico no tenían el calendario gregoriano, así que no eran tan poco inteligentes.

Un ser humano que hace este tipo de pronóstico ni se ha parado a pensar en la inconexión entre el tiempo cronológico de un calendario creado en el siglo XVI y la sucesión de hechos entre uno de sus meses y el año siguiente. Pensar en ello, le haría explotar alguna neurona.

Y para colmo, los medios de comunicación

Aceptando que cada cual es libre de hacer pronósticos de cualquier forma, de creérselos o de hacerlos aún más absurdos y divertidos inventándose métodos aún más surrealistas, lo que bajo nuestro punto de vista es inconcebible es el trato que ciertos medios de comunicación le están dando al método y al nuevo gurú Jorge Rey.

Hartos de las cabañuelas, de Jorge Rey y su propaganda

Antena 3, La Vanguardia, Onda Cero, El Economista, Marca, As… y seguramente la lista será mayor, han dado publicidad a el triste episodio del supuesto pronóstico iluminado de Filomena y de los nuevos para el año venidero gracias a las ¡cabañuelas!

España, siglo XXI, mejor dar la espalda a la ciencia y llevar a los altares a la incultura y la ignorancia.