Un débil episodio de La Niña está a punto de surgir en aguas del Pacífico, lo que en una medida u otra tendrá consecuencias en el clima de muchas regiones del Planeta.

Como sabéis, este ciclo climático se caracteriza porque se produce un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, lo que a su vez provoca ciertos cambios en la circulación atmosférica tropical.

Situación actual y evolución

Durante el mes de agosto, ya se detectó en la parte oriental del Pacífico tropical un rápido enfriamiento de las temperaturas de la superficie del mar, acercándose a los niveles de La Niña.

No obstante, los indicadores atmosféricos, un factor fundamental para determinar si el ciclo ENSO se decanta por una de sus tres fases (Niño, Niña o Neutral) se ha mantenido hasta ahora en unas condiciones neutras. Es importante recordar, que para que se produzca un episodio de La Niña tanto el océano como la atmósfera deben presentar las características propias asociadas.

Actualmente, los pronósticos indican que existen probabilidades de entre el 50 y el 55% de que en el último trimestre de 2017 se den unas condiciones correspondientes a un episodio débil de La Niña y que las condiciones vuelvan a ser neutras en el primer trimestre de 2018.

Otro escenario verosímil es que persistan las actuales condiciones neutras del ENSO hasta finales de año, con entre el 45 y el 50% de posibilidades. Lógicamente, la formación de un episodio de El Niño prácticamente puede descartarse, según la OMM.

Su influencia en la temporada atlántica de huracanes

No cabe duda de que la actual temporada de huracanes en el Atlántico se puede considerar ya como histórica y estas débiles condiciones de La Niña pueden ayudar a que lo que resta de actividad ciclónica en esta cuenca y en el Caribe siga dando sorpresas.

Y es que la activación de La Niña ayuda a reducir la cizalladura del viento en esta parte del Planeta, por lo que los sistemas tropicales podrían ver favorecido su desarrollo en lo que queda de otoño.

Recordemos, como está ocurriendo en el caso de Ophelia, que durante octubre y noviembre la actividad ciclónica en el Atlántico tiende a desplazarse hacia el Este.

¿Cómo afecta La Niña en el clima del Planeta?

  • Cuando La Niña se activa se encadenan una serie de acontecimientos climáticos en el Planeta. Aunque cada episodio puede traer consigo unas consecuencias diferentes, a grandes rasgos se favorecen los siguientes escenarios:
  • Durante los meses de diciembre a febrero, se suelen producir anomalías positivas de precipitación en el sudeste de Africa y Asía así como en el noreste e interior de Brasil y el noroeste y centro este de Estados Unidos.
  • Paralelamente, la sequía puede ser importante en el sur de Estados Unidos y México, en Taiwan y el sudeste de China, en Tanzania, Kenia y Uganda y en gran parte del Pacífico ecuatorial incluyendo Perú, Ecuador y el sur de Colombia.
  • Entre julio y agosto la sequía se puede instalar entre el sur de Brasil, Uruguay y el norte y este de Argentina así como llegar el calor intenso a la mitad oriental de Australia o el fresco al oeste de Africa.

  • En esos meses se intensifica el monzón de la India y Bangladesh y llueve más en algunos países del sur de Asía y en la región del Caribe
  • Además, la corriente fría de Humboldt se desarrolla mejor sobre la costa sudamericana
  • Aumenta la turgencia de agua fría frente a las costas peruanas con un gran contenido de nutrientes que favorecen el desarrollo de los peces y, por lo tanto, se incrementa la industria pesquera de la zona.
  • La acción combinada de los alisios de ambos hemisferios favorece la turgencia de aguas frías a lo largo de la línea del Ecuador, separando dos grandes lenguas de agua caliente tropicales a ambos lados de dicha línea.
  • Los vientos alisios incrementan su intensidad y provocan mayor transporte de agua caliente superficial hacia el oeste.
  • Se produce un importante calentamiento de la temperatura del agua de mar superficial cerca de la región insular-continental de Indonesia, favoreciendo el desarrollo de mayor nubosidad y el incremento de tormentas y lluvias en la región.