Acumulados medios de precipitación (colores) y desviación (líneas) previstos para el 08.08.11, 00 UTC.

Acumulados medios de precipitación (colores) y desviación (líneas) previstos para el 08.08.11, 00 UTC. Crédito: NCEP.

03.08.11. Diversos medios de comunicación se han hecho eco de que el presente mes de agosto se va a caracterizar en nuestro país por ser un mes con peor tiempo y más fresco de lo que cabría esperar, estando en pleno verano. Puede que estos medios hayan leído nuestro hilo de predicciones estacionales del foro de debate de este portal. ¿Qué hay de cierto en esas afirmaciones? ¿Qué podemos esperar a más largo plazo?

La figura superior, aunque se trata de un mapa previsto para el próximo día 8 de agosto, podría servir muy bien para representar en términos generales lo que ha venido ocurriendo durante la mayor parte del mes de julio, con altas presiones en altas latitudes y un anticiclón de las Azores algo desplazado hacia el norte y oeste de su posición habitual. Entre medias de ambas regiones de alta presión, un pasillo por el cual se han venido «colando» frentes y borrascas, que han provocado un tiempo muy variable y más fresco de lo normal, en general, en buena parte de la mitad norte de la Península y en Baleares. Así mismo, esta sutuación también viene afectando a Canarias de forma irregular, con tiempo más nublado de lo normal y lluvias y chubascos un tanto inesperados. En este último caso, por la fuerza de los vientos alisios y una cierta afluencia de nubosidad algo más gruesa de lo normal, por esta disposición de los sistemas de presión.

Pero, como decíamos, el mapa superior es una previsión para el 8 de agosto, y no un mapa del pasado mes de julio. Esto viene a decir que esta configuración que acabamos de describir es muy persistente. Y dicha persistencia, que viene bastante bien expresada por los ensembles y los modelos estacionales, viene a decirnos que es muy probable que el patrón meteorológico de este mes de agosto podría ser muy parecido al registrado durante la segunda quincena de julio; es decir, tiempo más inestable y fresco de lo normal en la mitad norte, y temperaturas en general no demasiado calurosas también en Andalucía, aunque con los lógicos y esperables repuntes de calor.

Previsión estacional de agosto a enero, modelo CFS. Crédito: NOAA.

Previsión estacional de anomalías de precipitación, de agosto a enero. Crédito: NOAA.

Echando mano de los modelos estacionales, y eligiendo el CFS, siguiendo en la misma tónica que en las últimas semanas, sigue indicando un mes más húmedo de lo normal en el interior y norte peninsular para este mes. No se incluye el de anomalía de temperatura, pero también indica algunas negativas, indicando que los valores medios podrían estar ligeramente por debajo de la media, cuanto más al norte y este nos desplacemos.

Previsión del modelo CFS para agosto. Crédito: NOAA.

Previsión de anomalía de precipitación por el modelo CFS para agosto. Crédito: NOAA.

Lo comentado en el anterior párrafo, se aprecia mejor en la figura superior. Estas anomalías se pueden interpretar claramente en la línea señalada en este artículo. Si bien cabe añadir, además, que es de esperar que nos afecten algunas vaguadas atlánticas de aquí a final de mes, que traigan asociadas episodios de tormentas más o menos generalizadas, menos probables cuanto más al sur. Por lo tanto, las temperaturas podrían permanecer en valores normales o ser algo más bajas, en términos medios, tanto más cuanto más al norte.

Y, una vez dada nuestra particular opinión de lo que puede ocurrir con agosto, ¿qué podemos esperar, mirando un poco más allá, del mes de septiembre?

Previsión de anomalía de precipitación por el modelo CFS para septiembre. Crédito: NOAA.

Previsión de anomalía de precipitación por el modelo CFS para septiembre. Crédito: NOAA.

Interesante es la predicción que nos muestra el modelo para el mes de septiembre; anomalías positivas de precipitación en todo el sur peninsular, y cuadrante sureste especialmente. No sería descabellado pensar que el modelo «se está oliendo» algún episodio de lluvias torrenciales en el área mediterránea, motivado por algún embolsamiento de aire frío en altura (DANA) unido a un flujo de vientos húmedos de levante de largo recorrido. Estas predicciones jamás deben tomarse al pié de la letra, porque suelen destacar por sus equivocaciones, más que por sus aciertos, aunque para este verano de 2011, de momento, no están yendo nada desencaminados.

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