El Atlántico y el Mediterráneo siguen batiendo récords de temperatura superficial alta

Tanto en el Atlántico Norte, como en el Mar Mediterráneo, la temperatura de las aguas superficiales (SST) sigue batiendo récords. Es de todos conocido el hecho de que esta extraordinaria evolución de las SSTs está sorprendiendo a los científicos de todo el mundo. No se hace más que culpar al fenómeno del cambio climático de toda esta evolución, pero realmente existen muchas dudas.

El calentamiento de las aguas superficiales del océano Atlántico ha sido extremadamente rápido, y no resulta ni muy recomendable ni muy lógico echarle toda la culpa al cambio climático. Da la impresión de que hay algo más. Pero para eso están los investigadores y los científicos de verdad. Para seguir analizando, investigando, y encontrar posibles causas.

Nosotros, a través de este humilde medio, también nos hacemos preguntas. E intentamos abordar esta cuestión desde nuestro particular punto de vista. Queremos participar del intenso debate, y aportar nuestras ideas y razonamientos. Desde luego, no sabemos si la culpa es del cambio climático (antropogénico) por entero. Pero sí podemos añadir luz de los efectos que estas SSTs pueden tener.

Un calentamiento muy rápido

Como puede observarse en esta animación, hay zonas del Atlántico Norte que se han calentado con enorme rapidez en lo que llevamos de mes de julio de 2023.

Eso sí, siempre destacar que estamos hablando de las aguas superficiales.

Las SSTs actuales, en perspectiva

El científico Eric Blake, compara en este tuit, las anomalías de la temperatura de las aguas superficiales (SST) de este julio 2023, frente a las mostradas el mismo mes, pero de los años 2020, 2017 y 2005.

Recordemos, especialmente en el caso de 2005, que fueron temporadas ciclónicas muy activas. Y este julio de 2023, las anomalías son marcadamente superiores a las registradas en aquellos años tan señalados.

Como bien dice el sr. Blake, «espero que disfruten de la tranquilidad, mientras dure!» Refiriéndose, evidentemente, a la temporada de huracanes en la que nos hayamos inmersos.

Anomalía media de la SST del Atlántico en terreno desconocido

Desde que se tienen registros, la anomalía media de la SST del Atlántico se haya en terreno desconocido. Pero con mucho, además.

Este investigador lo ilustra así, con esa gráfica de creación propia, con datos de la NOAA.

Si nos centramos en la Región de Desarrollo Principal, o Main Development Region, la temperatura media ha alcanzado los 28,2ºC. Tratándose del 3 valor más alto para un mes de julio desde que se tienen registros.

Tan solo 2005 y 2010 tuvieron una temperatura media en ese área, superior a la de este año. Y ya sabemos cómo de activas fueron esas temporadas ciclónicas.

En términos de temperatura media de las aguas superficiales del Atlántico, se observa cómo desde el pasado mes de marzo, la SST se ha ido separando cada vez más de los puntos de máxima temperatura anteriores.

Lo que más llama la atención es que este fenómeno de calentamiento tan intenso se está produciendo cuando tenemos una fase del ENSO hacia el Niño, clara. Pero aún no hay reflejo en los patrones atmosféricos.

Pero, entonces, ¿dónde están los huracanes?

Claro. Es que se tiende a pensar que un océano recalentado es sinónimo de un apocalipsis de ciclones tropicales. Y no es así. Es un ingrediente más.

Como ya se ha comentado en numerosas ocasiones con el caso del Mediterráneo, que tengamos un mar u océano recalentados, no es sinónimo de lluvias torrenciales.

En el caso del Atlántico, un océano recalentado no es sinónimo de un alud de ciclones tropicales. Porque al final, si tenemos un océano muy caliente, pero no se dan condiciones atmosféricas propicias, no van a formarse huracanes.

Los huracanes no se forman de la nada. Necesitan de gérmenes depresionarios. Estos pueden ser ondas tropicales, colas de frentes fríos, borrascas extratropicales aisladas

Atlántico y Mediterráneo siguen batiendo récords de temperatura

Y, a su vez, estos gérmenes depresionarios, necesitan de condiciones muy precisas en interacción positiva, para convertirse en ciclones tropicales. Por ejemplo, humedad, escasa cizalladura del viento, inestabilidad atmosférica proporcionada por diversas vías…

Llegados a este punto, fenómenos como el de la MJO, u Oscilación de Madden Julian, son fundamentales para crear entornos propicios. Por supuesto, no es el único tipo de oscilación que puede estimular ambientes propicios.

No se trata de restar importancia a lo que está pasando, sino de NO alarmar excesivamente a la población.

Evidentemente, tener el Atlántico en estas condiciones según avanza la temporada de huracanes, es una bomba de relojería. A nada que cambien las condiciones atmosféricas, podríamos tener una explosión de actividad, y con huracanes muy intensos.

¿Y el Mediterráneo?

Desde 1982 (punto de partida del registro de datos), el Mar Mediterráneo no ha presentado nunca una anomalía de temperatura tan elevada como lo está haciendo actualmente.

«Estas temperaturas del agua del mar, superiores a los 24,5 ºC en las zonas costeras de España, no tienen precedentes a mediados de julio en toda la serie histórica, que arranca en 1940: superan ampliamente los registros de los dos años previamente más cálidos, 2015 y 2022″.

Efectos inmediatos de mares y océanos recalentados

El más importante, es el de contribuir amplificando los efectos de las olas de calor por contribución de la humedad, especialmente en horas nocturnas.

Con el Mediterráneo tan caliente, se produce un aporte de humedad que incrementa la sensación térmica durante el día.

Por la noche, es aún peor, porque contribuye a que las temperaturas mínimas no bajen. Y para hacernos una idea del efecto, imaginemos cómo se pone el baño de caliente y bochornoso, cuando acabamos de darnos una ducha, y está todo el cuarto lleno de vapor.

La similitud es más que evidente, y las noches se vuelven infernales.

En las islas, como en las Baleares, es aún peor, al estar totalmente rodeadas por las aguas recalentadas.